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IMPROVISAR ES DE HUMANOS; LOS ALBERGUES VENEZOLANOS EN BOGOTÁ.

El éxodo venezolano ha generado que se busquen nuevas formas de vivienda, pues muchos de los individuos que llegan a territorio colombiano no tienen familiares o personas que les brinden ayuda para cubrir sus necesidades básicas. Por lo tanto, se ven obligados a establecer albergues al aire libre sobre la periferia de los terminales de transporte mientras consiguen un empleo estable o algún otro medio que les permita pagar una vivienda digna.

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Estos “campamentos pasajeros” , nombre que les han dado los miles de venezolanos que habitan cerca al terminal de transporte el Salitre, han permitido generar un apoyo de los venezolanos antiguos a los venezolanos que llegaron recientemente, un reflejo de la solidaridad nacional venezolana, una cultura ya impuesta en territorio colombiano. En base a testimonios generados por la entrevista del colectivo ADE, se ha encontrado que el apoyo alimenticio y de elementos como cobijas, ropa, accesorios higiénicos vienen mayoritariamente donados por la población civil. Ya que, “el estado colombiano no entrega todas las donaciones que nos hacen, mandan 1 tonelada de arroz y entregan 100 kilogramos, lo demás se daña. También nos han entregado mucha comida dañada, pero que se le hace, toca comer”.

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También se ha generado voz a voz entre los venezolanos, una inconformidad en la supuesta frontera que separa al refugio VIP -como lo llaman muchos- de los campamentos improvisados que se alzan a la periferia de este. El campamento VIP cuenta con el apoyo de la Alcaldía, y la OIM (Organización internacional para las migraciones), el cual se ve reflejado en el censo de sus integrantes, requisito para poder entrar a dicho refugio, que permite un acceso directo a las donaciones que llegan desde el mismo estado. Varios lo han criticado, porque solamente allí se reparte en mayor cantidad los alimentos, mientras fuera de este llega muy poco.

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Es claro que, la única forma para sobrevivir en país desconocido es mendigar, o encontrar empleo informal, ya que muchos de estos individuos no se encuentran forma legal en el país. De esta manera, lo más recurrido por los venezolanos es la venta de dulces en transmilenio, una forma humilde de ganarse la vida y llevar alimento a estos refugios donde se encuentran desde niños y niñas recién nacidos, hasta adultos de la tercera edad. Así que, cuando vea nuevo a un venezolano vendiendo en un transmilenio, no se ofenda, no haga el feo, tenga educación y solidaridad, respete su forma de empleo, pero aún más, entienda la verdadera situación en la que vive esta minoría.

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